Podcast 2. El Recreo.



Podcast 2. El Recreo .






Buenos días, buenas tardes y buenas noches sea cuando sea que escuches este podcast. Hoy publico la segunda entrega de El Recreo, una serie de podcasts con motivo del máster de innovación educativa impartido en la Universidad Carlos III de Madrid.

Hoy quisiera comenzar con una cita, muy dura en mi opinión, que pronunció el científico con pelo blanco más icónico del s.XX. Albert Einstein dijo una vez que la “Educación es lo que queda cuando uno ha olvidado lo que aprendió en el colegio”.  Y Lo dice alguien que fue infravalorado por profesores en su etapa escolar. Es cuanto menos una frase para reflexionar.

El podcast de hoy va a estar dedicado a las nuevas metodologías o pedagogías emergentes que están empezando a imponerse a la educación de siempre en algunos centros. Parece que por fin poco a poco y con mucho escuerzo hay personas que quieren sacudir el mundo pedagógico y darle una vuelta; y lo van consiguiendo. En pleno siglo XXI empieza a haber centros que se han desvinculado de la educación bulímica. Sí, esa que todos hemos conocido y padecido. La educación bulímica es esa en la que el profesor nos da la charla de cómo funciona el mundo, trabajamos la información que nos da sin cuestionarnos si quiera si es verdad o no y la memorizamos para vomitarla en un examen y olvidar la gran mayoría de esa información en menos de dos semanas.

Personalmente voy a hablar de tres de ellas, que son las que a mi modo de ver puedo sacar más partido en mi día a día por mi manera de ser y mi forma de enseñar.  Aviso a navegantes que puede que entre ellas haya aspectos o ideas contradigan las unas con las otras.  Pero es normal, porque en mi opinión ninguna metodología es la única y verdadera. Todas tienen sus pros y sus contras.
Quisiera empezar hablando de la gamificación. Hay quien la calificaría de una herramienta más que una metodología. Supongo que la diferencia estriba en el peso que se le dé dentro del proyecto educativo. Si es cierto que yo lo atribuiría más a una herramienta que aporta ingredientes altamente atractivos para los alumnos que podemos explotar de vez en cuando. ¿Qué mejor manera hay para un niño que aprender jugando? ¿Y si convertimos el aprender haciendo en un juego? ¿Y si además de jugar aprenden valores como trabajar en equipo, cooperar para conseguir un objetivo común o la solidaridad y altruismo en ayudar a compañeros sin esperar recompensa?
 Es cierto que es difícil planificar juegos sin que la competitividad esté presente. Pero la competitividad bien usada y sin abusar puede jugar a nuestro favor. Por poner un ejemplo, se puede planificar una actividad en la que pueda destacar el chaval o chavala que vemos que tiene menos aceptación social. El chute de moral que puede tener ese alumno puede ser increíble para él o ella.  La gamificación nos puede servir para dar protagonismo a los chavales más tímidos de la clase poniéndoles de líderes de un grupo.
Una de las sombras de la gamificación es educar a través de las recompensas. Tiene el peligro de acomodar al alumno en la idea de aprender por conseguir y no por conocer o querer aprender. A través de los logros podemos ver la progresión de un alumno a lo largo de una actividad o conjunto de actividades. Por eso digo que hay que mirar la gamificación como una herramienta a usar en ciertas ocasiones si abusar de ella. Una forma de enseñar ciertos conocimientos de un tema haciendo que aprendan mientras se divierten. Existen muchas herramientas para implantar la gamificación en nuestra clase como Bigdoor, BrainScape, Mincraft Education, ClassDojo o Quizlet. Personalmente yo he usado las dos últimas y son de gran ayuda para controlar ciertas actividades o para convertir el juego en deberes para hacer en casa y practicar temario de forma divertida.

Otra de las pedagogías en que más interés tengo es la clase invertida o flipped clasroom es un método que en mi opinión es bastante eficaz, al menos en teoría porque no he tenido la opción de ponerlo en práctica. Aquí las nuevas tecnologías son clave para que los alumnos puedan hacer su parte en casa y sin ellas sería posible igualmente, pero habría que buscar un modo en que los alumnos sin acceso a nuevas tecnologías en casa puedan estar a la altura de la clase. La clase invertida tiene la ventaja de que ya no escuchan simplemente la lección si no que acceden a un método audiovisual y más atractivo, de esta forma cuando los alumnos lleguen a clase no estarán pasivos si no activos trabajando y reforzando lo que han visualizado en sus casas.
Este método ayuda a la atención a la diversidad, en casa por ejemplo donde el alumno puede repetir o parar el video tantas veces como quiera en caso de no haber comprendido algo, así se evita el parar la explicación para alumnos que por ejemplo lo hayan entendido a la primera. Además, en el tiempo en clase podemos dedicarlo más fácilmente a atender de manera más personalizada a aquellos alumnos que vayan más retrasados. Además, en la flipped classroom el alumno se enfrentará a la parte práctica de manera conjunta con otros alumnos no solo ante el peligro en su casa.  Este método por tanto requiere que el alumno tenga la responsabilidad de hacer su parte en casa como tarea y es algo a tener en cuenta si uno no está muy de acuerdo con ello como profesor.

La última metodología innovadora de la que quiero hablar hoy es el aprendizaje basado en proyectos o ABP. Creo que es una de las más populares de cuantas están siendo implantadas en los centros innovadores. Este tipo de pedagogías me parecen rompedoras porque hacen algo muy necesario en Educación y es que conectan al alumno con el mundo real.  Esto, unido a la consecución de retos provoca un aumento en la motivación del alumnado. Algunos pueden pensar que en realidad el ABP lo hace es anticipar al alumno lo que será el mundo laboral. En parte es así claro, pero al fin y al cabo les preparamos para su vida adulta ¿no?
Estas metodologías permiten trabajar herramientas para la búsqueda útil de información y todo lo relacionado con las habilidades interpersonales, sociales y de comunicación que serán esenciales para ellos en un mundo cada vez más digitalizado. Y por supuesto no hay que dejar de lado el hecho de que en el ABP está muy presente la multidisciplinariedad y transversalidad que nos permite interrelacionar competencias y asignaturas.

Para acabar simplemente decir que todas las metodologías tienen su lado bueno y su lado menos bueno, algunas nos gustarán más y otras menos pero lo importante está en no dejarse llevar por nuestras ideologías y tener la actitud de querer cambiar, de hacer algo nuevo e ir evolucionando tanto nosotros como profesionales como nuestro entorno profesional.

Y aquí llega el final de este podcast. Espero que os haga pensar y os espero en la próxima edición de El Recreo.

Comentarios